29/1/09

Adios Lenín Calixto


Cuando en una noche de sábado 08 de Noviembre estrechaste mi mano por última vez, me dijiste "Cuídate, te quiero"No entendí tu mensaje sincero y fraterno. Y hoy cuando el destino, ese que tantas veces combatimos, nos dice que ha llegado el turno de partir. No me queda sino el gratísimo recuerdo de haber compartido contigo hermano mío, tu sencillez, tu humildad, y ante todo, ese inmenso calor humano que escondías detrás de esa atlética y vigorosa figura de un hombre que no desmayaba en sus luchas, en sus sueños y en esas esperanzas grandes de ver crecer algún día la patria chica que te vio nacer, nuestro Puerto Caripito.
Hoy entre tus hermanos todos, los de sangre y los de corazón nos preguntamos si realmente partiste, y la respuesta es obvia. No. No mil veces, no. Continuarás aquí, en este lugar que te pertenece y que nadie por respeto y consideración ocupará, porque tu, hermano nuestro, amigo a tiempo completo, no podrás dejarnos solos jamás.
Haciendo un recuerdo de un pasaje masónico para rendir tributo al hermano que se va. Es oportuno recordar; Quién será aquel que viviendo no habrá de pasar por la guadaña de la muerte para llegar a la eternidad...? Buscamos fama... buscamos sabiduría... acumulamos riquezas... corremos tras las glorias con afanoso esfuerzo... Y de todo esto, qué nos llevamos a la huesa...?
Desnudos vinimos al mundo, desnudos saldremos de él. Sólo nuestras buenas acciones perdurarán despues del parentesis de nuestra vida. El señor todo lo da, el Señor todo lo quita, bendito sea el nombre del Señor.
Caminamos de designio en designio, de esperanza en esperanza. Trazamos planes en que habríamos de emplear largos años... y somos acometidos, cuando menos lo esperabamos, en hora tal vez en que nos creiamos en el medio día de nuestra existencia.
Qué son el esplendor del poder, el honor de la ciencia, el brillo de la virtud, el orgullo de la riqueza, los cantos de la hermosura, cuando se apagó la deuda que contrajimos con la naturaleza...?
Vuestros ojos, amigos todos, en la última lamentable escena y contemplad lo que es la vida... Todos los rangos se nivelan ante la muerte, todos somos iguales: el blanco y el negro, el alto y el humilde, el rico y el pobre, todas las distinciones desaparecen como el humo impelido por el viento. En este trance supremo, no queda del hombre sino el recuerdo de sus buenas acciones y sólo un Juez, nuestro Dios.
Enséñanos Dios nuestro, el camino de la virtud en todos los instantes de nuestra vida errante y danos fuerza para transitarlo con resignación.
Recibe a nuestro amigo y hermano Lenín Calixto en tus brazos misericordiosos y da consuelo a quienes le lloramos. Que todos nosotros encontremos tranquilidad en tu alabanza y consuelo en tu misericordia...
Lenín Calixto Martínez Marcano ( 14.10.1964 - 08.11.97 )

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