29/1/09

Neruda en Caripito.

Fueron varios los amigos que trabajaban en las instalaciones de Puerto Caripito que acudían con la buena nueva. Un tanquero llamado Neruda había atracado en el Muelle 2.
El desfile lo comenzó mi amigo de siempre, el hijo predilecto de Casanay, Daniel González, luego pasarían con la noticia Tomás Rosal, Hugo Apíscope Robles, Gabriel Ruiz, Enrique Bizarro y Rafael León, concluyó Ricardo "Carló" Flandinette. Todos, absolutamente todos, solidarizados con tan emblemática visita.
Mi trabajo y a decir verdad, el único que desempeñé, después de abandonar el Tecnológico de Caripito, cuando intenté aprobar el Básico de Construcción Civil en Petróleo, era en la única entidad financiera que existía para ese entonces en la población de Puerto Caripito. Ubicada dicha empresa, en las esquinas de Calle Bermúdez cruce con la Avenida Boyacá, en frente del Punto Criollo y diagonal al Restaurant de mis amigos colombianos don Manuel y la señora Irma, por cierto donde tantas frias nos bebimos con mis compadres Edenis Córdova, Alfredo “Picao” Marcano y mi paisano chileno, Daniel Parrao. En la otra esquina estaba Tabito con sus famosos chicharrones, tan apetecidos por las secretarias del banco.
Por la tarde Ángel María Ramírez –Angito– preocupado por las continuas visitas de los marinos locales, me llamó a la Gerencia para saber qué sucedía en la Oficina con tanto alboroto.
Le comenté que había atracado un tanquero de bandera liberiana pero con tripulación rusa y tenía por nombre Neruda, uno de los premios Nóbel de literatura que había cosechado mi amerindia, América morena, pobre y sufrida. Se mostró complacido con la explicación, así que me extendí en mis comentarios y continué con el valioso argumento de no entender cómo siendo Puerto Caripito un punto minúsculo en el globo terráqueo tenía la dicha de anclar en sus aguas a un barco bautizado con el nombre de tan insigne baluarte de las letras latinoamericanas, pues ni siquiera en el propio Chile había alguna calle o plaza que llevara por nombre la memoria del poeta que escribiera con tinta verde, sus “veinte poemas de amor y una canción desesperada “ y a la vez traducida en infinidad de idiomas. En aquellos tiempos, Pinochet, el General de facto jamás lo permitiría.
Siempre lo he dicho, me consideré un afortunado de la vida y de la buena voluntad de Ángel Ramírez. No en vano me había enseñado todos sus conocimientos de la banca, me guió en la lectura de los manuales de procedimientos, redacción de informes técnicos, que por cierto de mucho me servirían años más tarde.
-Aprenda me decía, aprenda.
Así que optó por regalarme la tarde y con la ayuda de José Caballero, José Moreno y mi Q:. H:. Ángel Guevara, pude subir a bordo del petrolero Neruda.
Inmensas mangueras desangraban a mi pueblo, llevándose miles de barriles de crudo con destino a Alabama –USA– previo paso por la refinería de Amuay en Punto Fijo. A cambio, unos cuantos dólares en los bares de la entrada de Las Parcelas. Que tristeza. Pero era una realidad.
Me sentí agradecido por la envidiable oportunidad y en mi humildad seguí siendo un ferviente admirador de quien nos escribiera “Canto General“. Tiempo después de este significativo acontecimiento en mi vida, Moisés Mendoza, quien trabajaba en la Farmacia de Rafael Salazar, me obsequió un ejemplar de “Confieso que he vivido” y mi Q:. H:. Bernardo Jiménez Mota completaría con “Para nacer he nacido”. Hoy ambos libros reposan en Caripe ,en la biblioteca personal del Lic. José Gregorio Moreno, amigos de los amigos y padrino de mi nieto Eduardo Rafael Mújica –Lalito -.
He traído este recuerdo a www.caripito.net porque casualmente hace apenas algunos meses, tuve ocasión de regresar a la tierra que me vio nacer, al Chile de los rojos copihues –flor nacional– de las cuecas, de los vinos y de las jugosas empanadas. Esa brava tierra de Lautaro, el Libertador de Arauco, de Allende, Violeta Parra, Víctor Jara y de don Pablo como lo llama el filósofo Eduardo de la Urra -mi padre-. Y tuve ocasión de visitar la tumba de Neruda en su encantadora Isla Negra, lo hice en compañía de una enamorada, Pamela Francisca Bello.

Me limité a sentarme en el santo sepulcro que comparte junto a su última esposa, doña Matilde Urrutia. Hice una retrospectiva en el tiempo y en el espacio. Mirando las azules y frías aguas del Pacífico, viajé con mi imaginación, cruzando mares y montañas, ríos, selvas y volcanes, para recordar lo sucedido hace veinte años atrás.
Deposité no sólo una moneda que había guardado desde ese tiempo y era un regalo de Perucho Tineo, sino que además otro regalo, mi compadre y Q:. H:. Antonio “Toño“ Núñez, escribió hace algunos años atrás una gorra con letras doradas, con el nombre del pueblo de mis amores. Me lo obsequió en consideración a este asimilado gentilicio que tanto placer me da pronunciar.
Por ello en la paz que producen las olas chocando contra las rocas de Isla Negra en la V región chilena y en nombre de cada uno de mis hijos y de la sangre de mi sangre, Eduardo Rafael, también deposité junto al sepulcro de Neptalí Ricardo Reyes Basualto –Pablo Neruda-, una gorra que decía CARIPITO, simbólicamente ahora tambien este nombre está en la tierra bendita del poeta, que nos dejó el legado, " no hay luchas ni esperanzas solitarias."

En memorian:
José Caballero, Guillermo Carrasco, Ricardo " Carló" Flandinette y Víctor Flandinette -Padre-

Karipitinsky


Elaborar una lista con nombres de países y ciudades, pueblos, montañas y ríos, volcanes, islas o avenidas, parques, plazas o hermosos paisajes que guardo en mi mente, producto de haber caminado por el mundo en mi corta vida, bien sea por la suerte que a veces me ha atropellado, o porque es una conexión obligada para continuar mi tráfico aéreo, o quizás para cambiar en alguna estación de trenes o bien para bajarme en alguna parada de terminal de buses o en algún Puerto de los siete mares, o en el mejor de los casos, buscando una dirección de alguna conquista nocturna, que a veces suelen suceder a los enamorados en los caminos y que dicho sea de paso, a veces nos dejan marcados para siempre con una imborrable cicatríz.
Por ello al revisar la inmensa lista, me he detenido en un punto en especial, pues con el sólo hecho de nombrarlo, ya la adrenalina comienza a fluir por mi torrente sanguíneo y la mente me traiciona y comienzo pues a caminar por las calles de Puerto Caripito, aquel pueblo que ha esperado por muchas décadas su explotación fluvial como única alternativa real de crecimiento. Multíples han sido los esfuerzos por realizar este proyecto, por llevar a Puerto seguro este navío de la esperanza, pues los estudiosos han demostrado la factibilidad de crear una empresa de capital importancia para el desarrollo sostenido de ese pueblo oriental. Eloy Brito, por ejemplo, por citar a uno de los más fervientes, tambien Numa Rojas, o Moisés Pérez Peña, Israel Pérez. Este ingeniero trabajador a tiempo completo y a destiempo, conocedor de la historia no solo del Caripito petrolero, sino de su geografía fluvial, no desmaya en su constante lucha por ver definitivamente el crecimiento de su terruño amado a través del navegable Río San Juan, pues él no sólo permite una salida a las costas de Trinidad, sino, como se ha dicho en innumerables oportunidades, una ventana al Caribe y al mundo. No obstante, reina el silencio, y los clamores llegan a oidos sordos, no queriendo visionar toda la infraestrucura que generaría ese importante polo de desarrollo, para Caripito, para Monagas y por supuesto para la Nación toda. Karipitinsky, etimológicamente nace de un vocablo venezolano, Caripito, de tradición netamente religiosa, para muestra un solo botón, Semana Santa Cultural-Artística-Religiosa, fundado a orillas del Río Caripe, por allá en 1900 cuando se crea el Municipio Bolívar, y el boom petrolero estaba en pleno auge, para dar lugar posteriormente a la creación de la Refinería en el Sector La Sabana, hoy abandonada, bajo un montón de fuselajes oxidados, quizás enfermando a sus vecinos de algún mal cancerígeno producto de los desechos tóxicos que estos metales dejan en el ambiente de los poblados sectores de La Sabana, Bello Monte y las inmediaciones de la única casa de estudios tecnico-universitarios. IUTC.
Hablar de la extracción del preciado tesoro del subsuelo venezolano, invita a la reflexión profunda para preguntar. ¿Por qué tanta miseria?. Incógnita. Es así como gringos y trinitarios, margariteños y sucrenses de la Región de Paria, escuchando los comentarios de la bonanza, apuestan a mudarse y asi radicarse para fundar los diferentes caseríos, luego vendría el puente que une El Rincón con El Bajo, de hecho Frank Velásquez, director de la Casa de la Cultura, hace años, permitió hacer una exposición fotográfica para conocer ese Caripito, con canchas de Golf, con Clubes para el sano compartir de las familias, sin basurales ni barracas. Por ello existen en el pueblo, una diversidad de apellidos ingleses y nombres, sabrá Dios, de algunos antepasados pero hoy distorsionados en su escribir, que aún perduran y son agradables a nuestros oidos, y se siguen transmitiendo de generación en generación en Barrios como La Manga, Los Mangos o Los Cerritos, por citar sólo tres. No olvidando a mis amigos, mis queridos viejos Víctor y Magdalena Flandinette con su Club Social Marino “El Ranchito", donde formaron un imperio de hombres y mujeres trabajadores, y hoy en día, en familia los nietos siguen la tradición de hablar inglés; todos los nietos han nacido en Caripito, con la sola excepción de Víctor Andrés Singh, mi ahijado trinitario.Para todos los mencionados en las páginas dedicadas a ese Pueblo bendito de mis memorias, quisiera hacerles llegar un triple abrazo, sincero, fraternal y solidario y utilizar un término que ha perdurado en mi mente cuando Cirilo González, le confiesa a mis hijos, y les dice a la gente que ama. Que la ama. Karipitinsky es un reconocimiento muy personal en el mundo, para cada uno de mis hijos; pero hoy tambien me hace mucha ilusión una dedicación especial, a la sangre de mi sangre, Eduardo Rafael, mi primer nieto. A cada uno de mis amigos que menciono en mi escrito, mi estima personal. Para aquellos que olvidé, fue sólo por hoy, continuaré esforzándome por hacer una segunda edición, más amplia. No sería justo de mi parte olvidarme de gente linda que compartió parte de los caminos que anduve en la tierra de Caripito, algunos por ese amor grande de compartir el deporte, el respeto, el cariño y nuestras familias, otros por haber compartido un trabajo y haber recibido un cúmulo inmenso de enseñanzas que más tarde me llevarían a ocupar un alto cargo en una institución bancaria y recorrer todo el oriente del país, para seguir amando a Venezuela, pero nunca olvidando mi raíz, según enseñanzas de Isidro Rojas, quien creyó en mí cuando me recomendó al Banco “nunca se olvide de dónde viene". Otras personas que se convirtieron en esa madre adoptiva, me ayudaron a cargar la cruz de estar lejos del seno familiar y me brindaron siempre amor y bendiciones, tal es el caso de Lourdes Milano, Graciela Martínez, Cruz Quijada y Elia Rodríguez. A mis hermanos, de la Respetable Logia Fraternidad Humana Nro. 98-A que hoy han partido al Oriente Eterno, siempre habrá gratísimos recuerdos a pesar que a veces el velo de la ignorancia cubrió mi corazón y no me permitió ver la Luz en toda su inmensidad. Para quienes no están, siempre hay un lugar en mi corazón.
En memorianLenín Calixto y Luis Bladimir Martínez Marcano, mis hermanos.
Alcides “Chiguana" Sánchez, Nelson Rojas.
Lina Mercedes González, Luis Salazar Vallera
Librada Margarita de Alcalá, Aura de Gordónez
Pedro Luis López, Jesús “Bombona “Cedeño
QQ:. HH:. Pedro Ramos, Héctor Martínez, Andrés Brazón , Nicolás Avila. Plinio Guerra, Eneas Marín, Mariano La Rosa, Anibal Morao, Cruz Caraballo, José Ramón “Cheon” Fernández.
Bernardo Jímenez Mota.
A todos, Paz a sus restos.

Iskandar.


Era sábado cerca de las cuatro de la tarde, como de costumbre Nino López se había encargado del sancocho, Elvis Flores, el hermanazo, había llenado un tambor con cervezas, Crescencio, Cheo, Emíro y Rubén con furruco, cuatro y maracas en mano se alistaban para las parrandas decembrinas.Nos habíamos ubicado cerca del mini stadium que lleva por nombre Raquel Navarro en el sector Los Cocos, a orillas del río Caripe, el mismo que desemboca en el majestuoso y navegable San Juan. Por su parte mis compadres Millo Méndez y Víctor Flandinette, con Frank “Panchona” Pérez Vera, Ricardo Guzmán y Luís Barrios seguían con sus atarrayas esperando el próximo cargamento de guara-guara para el siguiente día.
Toda la alegría de ese comienzo de diciembre del 92, se nos vino al suelo, cuando llegó el comentario de una persona ahogada en las proximidades del balneario popular La Chorrera. Se trataba de una familia venida de Maturín. Eran los primeros rumores, al parecer era un joven conocido por sus actividades culturales.
Muy pronto aparecieron Moncho Richards y sus hermanos con una lanchita a motor, partieron primero hacia el propio balneario y luego río abajo, lo conocían de toda la vida, eran diestros en la materia de la marea… pero esta tarde había subido, quizás haría más difícil la búsqueda.
Curiosos se fueron sumando a nuestro alrededor y los comentarios ya eran más concretos se trataba de un joven de origen sirio, llamado Iskandar Alejandro. Y había participado en diferentes actividades sociales y culturales en la casa de la Cultura y en la Feria que anualmente se realiza en la Capital Artesanal de Monagas, con Fránk Velásquez Tenorio, a la cabeza y la siempre buena colaboración de la profesora Aura Elena González
Regresaron los hermanos Richards, cansados y fatigados de tanto registrar. Pensaron que sería mejor esperar a que bajara la marea y seguir bien de madrugada. Como en efecto sucedió, encontraron el cadáver de Iskandar mucho más allá del Puerto Caripito, más bien cerca de la mina de asfalto, en Guanaco.
El domingo era el comentario obligado en los alrededores del Mercado y todos esperaban a que nuestro querido amigo Geño nos vendiera la prensa regional, para enterarnos más sobre esta nueva victima que arrastraba el Río Caripe.
El pueblo estaba de luto, el párroco Juan López Albanés resaltaba en su homilía Paz a los restos de Iskandar, pedía prudencia y sugería recomendaciones a los feligreses. Angito hacía repicar las campanas. Mientras Juan José Cabello tocaba su Ave María.
Ya en la tarde se presentó gente ligada a la cultura y al folklore de Monagas, y fueron apareciendo músicos, bailarines, cantores, trovadores, galeronistas. Asisclo Rodríguez, El Pollo de Los Morros había dado comienzo a una tanda de décimas. Y lo siguieron, La Pollita blanca es mía, Pico e plata, y otros tantos. Ángel Ortega que también deleitó con sus penas de enamorado y nuestro querido David Martínez, cuatro en mano hizo su presentación especial...
La noche llegó con ese frío decembrino tan caripteño, pero no faltaron ni el roncito, ni los cigarros y menos el café que habían preparado mis queridas amigas Mercedes García y Julia Alcalá de Caripito Arriba. Mientras las plagas, los zancudos y las palometas hacían su festín aparte con los allí reunidos. El manto de la media noche en punto, nos invitó como de costumbre a cerrar las actividades. Reinaba el Silencio, nos retiramos en Paz.

En memorian de Iskandar Alejandro Basmadji

Embajadores de Caripito.

Mientras revisaba mi viejo baúl de recuerdos, encontré la breve descripción de comentarios que escuché en su momento emitidos por Eneas Marín, Ricardo Guzmán, Rómulo Brito y Jesús Latuff, uno de esos tantos días que se reunían a conversar con Luís Barrios, en la calle Piar de Caripito Arriba, donde se expendía la prensa regional y nacional, y las infaltables revistas hípicas.
Todos hacían sus conclusiones de lo vivido la tarde anterior en el sector de Bello Monte, a raíz de los últimos sucesos, que ponían en alto relieve musical a Caripito. Y mencionaban anécdotas coloquiales, comunes y silvestres del quehacer pueblerino.

Recuerdo:

“¡Retruco, venado!” gritó eufórico Martínez Torres, mientras Sixto Brito brindaba nuevamente el triunfo de su llave…Nino Quilarque y Perucho Tineo, decían que ese no era su día… La partida había durado varias horas. Se alternaban la mesa Mario Iemma y Pancho Ramos, quienes tampoco habían logrado sacar de sus puestos a los ganadores de la tarde.
Franklin Navarro, su compadre Yuni Velásquez, Julio Velecco y don Luís Salazar, se habían venido desde la Avenida Boyacá de Caripito Abajo, a seguir su tarde de dominó en el agradable espacio de frescura que reinaba en los predios sabaneros.
Muchas fueron las cervecitas acompañadas de las sabrosas sardinas preparadas en olla a presión, por el querido hermano Héctor Martínez. Siempre bien apetecidas al lado de un rico casabe, cortesía de Paulino Díaz. Y unos aguacates del fondo de Manuel Canales.
Como de costumbre los domingos se reunían las familias en casa de Giselo Cedeño, en la Pista de Bello Monte. Bien sea para una partida de dominó, Bolas Criollas, Truco, mientras las mujeres y niños escuchaban atentos los números del Bingo. Sitio por excelencia para el sano compartir.
En el mundanal ruido de las inmediaciones del Mercado Municipal, por la mañana se corría la voz de la sensación artística nacida en el sector de La Palencia.
En efecto, el comentario obligado sobre la joven promesa ganadora del 1er Festival de la Canción Inédita de Caripito, es decir, Hildemaro Ugas
Los rumores corrían de boca en boca, muchas personas lo habían visto a través de las pantallas de Radio Caracas Televisión, que por esos tiempos aún transmitía en blanco y negro. Cada uno hacía sus comentarios.
Recuerdo oír decir a Stella Barrios y Raiza Latuff, que habían sido sus profesoras, David y Luis Eckar habían dado las primeras lecciones de cuatro y guitarra. Por su parte Julio Martínez, recordaba las jornadas caimaneras en la salida de La Palencia para cruzar al campo El Porvenir.

Actualidad:
Hace largos años que Hildemaro se subió a los escenarios del mundo hispano, para deleitar con el sabor salsero, junto a grandes maestros ya consagrados a nivel mundial, no obstante sigue siendo él, para quienes hemos conocido a la persona alegre que hay detrás del gran artista, no nos queda sino el grato recuerdo de saber que es uno de los tantos hijos que ha sembrado la patria de mi Puerto Caripito. Que a pesar de los triunfos, de cada uno de sus logros, dentro y fuera de Venezuela, sigue siendo en su esencia el niño que se ha negado a dejar su tierra bendita.
Sabemos que en varias disciplinas bien sean deportivas, culturales, artísticas, políticas y un sin fin de actividades siempre encontraremos a un hijo de la patria chica, haciendo historia, marcando pautas lejos del seno hogareño, Hildemaro, y su paso por distintos escenarios, Ángel Guevara en USA, Edgar Rondón en Italia, Juvenal Ravelo en Francia, Pedro “Peché“ Tineo que viaja lo mismo en Europa que en América latina, mostrando en sus oleos y acuarelas diferentes facetas populares de la flora y fauna del Municipio Bolívar. He aquí sólo algunos que llevan con orgullo esa insignia de Caripito en sus corazones y lo van transmitiendo en diferentes idiomas, porque decir Caripito en el mundo es muy agradable a los oídos de quienes escuchan, por supuesto es un tema obligado para quienes nos sentimos embajadores de la otrora pujante zona petrolera.
Hoy por hoy encaminada a consolidarse como una ventana de desarrollo comercial a través de su navegable río San Juan. Sueño presente de otros de los tantos hijos predilectos nacidos y criados en Caripito, Eloy Brito. Ingeniero petrolero y amigo de los amigos.
Pero quien tiene a su cargo reseñar con lujo de detalles, cada acontecimiento, desde su creación como Municipio hasta lo más insignificante que parezca, minucioso en el contenido, en las fechas, en los actores y las acciones es nuestro hermano mayor, Juan Antonio Perffetti Valdiviezo, cronista sentimental de Caripito. Leyendo de su verbo, es como se nutren los Embajadores ad honoren en diferentes latitudes del orbe, para dejar constancia del punto exacto donde esta ubicado nuestro Puerto de siempre, de sus habitantes y del sueño por elevar anclas del velero de la esperanza que nos lleve por fin a navegar en aguas de crecimiento y desarrollo.
Pero existen los embajadores virtuales que nos brindan una ventana de nuestra infancia y adolescencia maravillosa a través de caripito.net, ellos son los hermanos Pablo y Miguel Fierro quienes de distintos lugares de la geografía venezolana, unen esfuerzos por hacer posibles los recuerdos de “todos aquellos años", con ese toque de nostalgia que nos invitan a un pasado que se niega a morir en nuestro subconsciente.
En la lejanía nórdica de Europa, también elevamos honor a los nuestros, y como Embajadores seguimos la tradición de levantar esa bandera común, Caripito Somos Todos. Puesto que en la región escandinava de los vikingos conviven cientos de miles de ciudadanos del mundo, allí transmitimos nuestro gentilicio en otras fronteras y en otras lenguas. Señalando un punto minúsculo en el globo terráqueo, siendo la voluntad de sus habitantes viajeros auto denominarse Embajadores de Caripito.

Cuando el pobre lava, llueve.


Comenzaban ya más temprano las frías tardes de diciembre, propio del Caribe en general y de Caripito en particular. A veces la lluvia era copiosa y persistente. No eran pequeñas nubes, más bien lo comentarios eran, “lo que viene es enea“, pues a veces el cielo gris nos anunciaba un mal tiempo para largo rato.
Crescencio y José Gómez de la calle Sucre, junto a Elvis Flores, Cheo –hijo de Luis el sastre- y Rubén Marcano, el esposo de Carmela D`Silva andaban de parrandas con sus respectivos cuatros, furrucos y tambora en mano.
La tertulia, la comenzamos en casa de Juan Rodríguez, en el sellado de 5 y 6 que funcionaba frente al Princesa, el cine quemado. Cada fin de semana era como una especie de ritual, acudir a jugar su cuadrito, y por supuesto para intercambiar opinión de los últimos datos y las famosas líneas, que no perdían con nadie, al menos eran los comentarios.
Los datos buenos casi siempre venían de los hermanos Lárez, que tenían contactos con el Stud Azagua. Cada domingo era obligado escuchar las carreras trasmitidas desde la Rinconada-Caracas, y hacer los comentarios de rigor con Manuel Jiménez y el bachiller Castillito.
En el sellado se fueron sumando adeptos, pues mientras unos jugaban sus cuadros, otros compartíamos unas frías. Simón “Tito“ Marcano (quien aprovechaba de dormir una pestañita) también su hermano Hernán y el hijo de Mariana Palma, se sumaban al grupo.
Así que las canciones pasaban de un polo margariteño, combinado con una buena gaita zuliana del Gran Coquívacoa, o el cazador novato, siempre tan bien interpretado por mi amigo Carlos Pibernat, nunca dejando de lado a nuestro querido Simón Díaz. El conjunto Padre Pérez en ese tiempo estaba en pleno apogeo.
La media noche se hizo presente y el silencio no reinaba, muy por el contrario y con ganas de seguir sumado a la parranda, Nerco Marcano y su compadre Franklin Navarro, se aparecieron con dos cavas full de cervezas y un par de frascos de ron añejo. Así que bajamos la escalinata de la Calle Piar, la famosa esquina de mis amigas Martha y Rossana Subero, las enanas, llegando a la esquina caliente de Calle Márquez, donde fuimos interceptados por mi hermano Martín Vásquez para luego seguir hasta casa de Celeide Marcano y su cuñado Gastón Mata que celebraban una fiesta a Moncho Brito. De ahí era un paso obligado por casa de Tello, Brisas de Margarita antes de enrumbar a la Plaza Boyacá.
El sábado hacía rato pertenecía al día anterior, así que tipo cinco de la madrugada, pasamos por casa de Pedrito Ortega, que vivía junto a Lourdes Milano y Jorge Serrano, en la que fuera casa de Alí Mata.
Fue la primera y única vez que canté serenata. Por una ventana se aparecieron Yohannis y Dorelys, mi futura familia. Nos brindaron una botella de ponsigué preparado en casa y nos despacharon. Con nostalgia, aún recuerdo la letra de la improvisada canción que me tocó cantar a mi novia de siempre, más tarde, la madre de mis hijas Yohannel y Yohannis .
El Mercado Municipal ya había comenzado su habitual bullicio, comerciantes mayoristas apostados por un lado, mientras las cortinas metálicas de las carnicerías eran aperturadas para atender a los primeros clientes. Por su parte nuestra querida Negra Benita preparaba sus ricos sancochos mañaneros y al otro extremo Silvia Elena, preparaba sus arepas, ensaladas mixtas y ese sabroso pescado frito.
Jóvenes y con mucha energía, decidimos alquilar una camioneta que nos llevó a la Poza de Azufre. Como bien es sabido ese olor expedido del amarillento mineral, produce náuseas al comienzo, pero paulatinamente se va haciendo parte de nuestro ambiente, o mejor dicho nosotros vamos siendo parte de él. Enrique Acosta amigo de todos los presentes, se presentó con un café negro de Caripe Viejo, y un cuartito de agua ardiente.
Tipo medio día se aparecieron los hermanos Yoel y Hernán Delpino, junto a Luis Barrios y Ricardo Guzmán, no sólo cargaban sus rectangular cajita de anime, también traían ya preparado y a punto de candela, un tremendo bagre amarilllo, que les había conseguido mi compadre Henry “Coppa“ Figueroa. Las verduras fueron nuestro trabajo. Una bandeja con ocumo chino, yuca asada y un rico casabe de Los Mangos, cortesía de Trino Rojas.
A pesar del cansancio y el ajetreo, nos bañábamos para seguir en pie de guerra. Por la tarde, pasadas las siete nos llegó la noticia que el viejo Eduardo de la Urra -mi padre-, había acertado su cuadro de 5 y 6.
Nos regresamos a Caripito para festejar la gracia. El viejo muy contento optó por hacer un brindis de rigor, por tan especial ocasión.
Nos ubicamos en El Ranchito, Club Social Marino, nos bebimos varios tercios, contando con la ganancia del cuadrito. Toda la alegría se nos vino abajo cuando nos enteramos de los resultados oficiales y los premios a repartir a duras penas llegaban a unos seiscientos bolívares, Pero la cuenta ya había pasado los ochocientos. Don Víctor Flandinette reía a carcajadas, y la rokola con un fondo musical de Oscar de león, “Llorarás, llorarás“ mientras el viejo Eduardo sólo acudía a su refrán favorito “Cuando el pobre lava, llueve“ tan contento de haber acertado, y sólo habían ganado favoritos, haciendo mínimos los premios a repartir.

Dedicado a Eduardo de La Urra: Gracias, padre, porque aún estás conmigo.

Cine, fútbol y amores.

Los fines de semana era una costumbre ir al Cine, en el Teatro Ayacucho.
Mi novia tenía casa por cárcel, su madre enchapada a la antigua y reacia al noviazgo que su hija mantenía con el chileno. Tenía instrucciones bien estrictas en cuanto al horario del regreso a casa.
Así que ir al cine, a la iglesia, a la casa de la cultura o en la Calle Ortiz, la que baja a Los Cocos desde Caripito Arriba, en casa de Nonga Martínez, para ayudarles a realizar sus trabajos del pedagógico, eran nuestras pocas oportunidades de vernos.
Claro también había ocasión de ir al Estadio El Porvenir o en el mejor de los casos, me visitaba en el polideportivo de Maturín, cuando jugaba por la selección de fútbol de nuestro Puerto Caripito.
Ahí reunidos con los “turcos”, Yamil Karaquele, Ahmed Husseín; los representantes de varios sectores, entre ellos, los Hermanos Pérez de las Quintas; Hermanos Wilson; los Núñez; Félix Español; Julio Gil, y Avila de La Sabana; Hermanos Rosal; Héctor “Perico” Ferrer; Hermanos Acosta; los hijos de Gíselo Cedeño, y Víctor, Care`loco; todos de Bello Monte.
De Campo Cayena: Hermanos Alcalá; Salazar; Caraballo; Villamizar; Espínoza; Aguilera; Pino; Mata. De por sí ellos ya eran la selección. David Martínez –el arquero estrella junto a Marcos Rosal.
Natalio Montaggioni; Edie D´Silva y mi persona, de Caripito Arriba. De Los Cerritos: Alfredo; Cerro prendido; Lucas Pérez y los Hermanos Cedeño,
El Rincón, representado por: Hermanos Pinto; Pancho Bermúdez y Güicho Gúzman.
Del Campo El Porvenir estaba Jesús “Tillo“ Villalba, quien además era el entrenador; sus Hermanos y también Robertico Salazar y el popular Wisipío.
El Poblado “El Esfuerzo”, por esos años se había alzado con el trofeo local: Copa “María de Pérez”, quien era la Alcaldesa de Caripito. Sus representantes: Isidro y Hermes Rojas; Lenín y Wolfgang Martínez; yJulio Martínez de la Palencia.
Reunidos en las inmediaciones de la Plaza Bolívar, esperábamos el transporte que generalmente estaba a cargo Nano Brito, adscrito a la alcaldía y persona muy preocupada por realizar eventos deportivos en la ciudad.
Nuestros viajes eran de risas, de chistes y de camaradería. En aquellos tiempos Caripito se caracterizaba por sus actividades deportivas (y las drogas estaban muy lejos de perjudicar a su juventud) salvo sus buenas cervecitas. Y las reuniones obligadas en las sanas celebraciones de las Fiestas Patronales en los diferentes sectores del pueblo de mis amores, eran sitios propicios para el deleite de la salsa, tan dificl de aprender para este chileno.

Caripito en la Web.

Cuando mi apreciado amigo y miembro fundador de la organización Parfa Caripito, Emilio Rivera me dio el aviso de que una nueva web se estaba gestando en la población de mis amores, no dudé en visitarla.
Nos comunicamos inmediatamente con Pancho Ramos para saber quienes eran los amigos que se habían decidido a crear una nueva web con el nombre de Caripito.
Pues inicialmente Angel Guevara, viviendo en Estados Unidos se preocupó por hacer un “punto de encuentro de todos los caripeteños” www.caripito.com
Más tarde desde Suecia, los hermanos Urra e hijos, decidieron hacer realidad el sentimiento de Nelson, cuando años atrás había manifestaciones de todo tipo y el casco central de la ciudad fue militarizado, escribió en una gran pancarta sobre el tejado de su casa, la frase que le marcaría para siempre, creando una Fundación que lleva por nombre “Caripito Somos Todos“ pudiendo abreviarse www.micaripito.com dando origen a una segunda ventana virtual de lo que él denomina su Puerto Caripito.
También en Suecia, otro hijo de Caripito, nieto de la señora Mercedes García y sobrino de Ricardo Guzmán, el ingeniero civil Eduardo Urra-Guzman, crea para presentar las diferentes facetas de su Empresa de Construcción y Servicios, una nueva web www.caripitobygg.com, claro está diseñada para la población escandinava, pues es un marco de referencia por las actividades que allí realiza en la renovación, decoración y ampliación de inmuebles en general.
Luego de haber hecho los comentarios de rigor con mi hermano Pancho Ramos, no dudé en felicitar desde la lejana Suecia a los coordinadores Pablo y Miguel Fierro, desde hace algún tiempo también sumados a la larga lista de mis buenos amigos que han nacido en la tierra que se niega a morir, por supuesto deseándoles éxitos en esta nueva responsabilidad, pero más pudo la buena fe, que el escrito en sí. Porque de inmediato recibí una respuesta donde me invitaban a participar y a colaborar con este proyecto. Por supuesto no lo dudé y envié mis colaboraciones, contando tantas historias que me unen a Puerto Caripito. Y de paso contar un poco de mis andanzas en el mundo y sobre mi nueva vida en la nórdica Europa escandinava.
Y en esta puerta que me dejaban abierta los hermanos Fierro Carrera, a quienes sólo conozco por esta bondad que nos permite Internet. Pero en el ir y venir de los correos, nos vamos dando cuenta que hemos frecuentado los mismos amigos dejados por ellos, al salir hacia otros lugares, cuando yo recién me sumaba a la familia de Puerto Caripito.
Por ello cuando leemos el slogan de www.caripito.net “todos aquellos años.” La añoranza personal de quienes tienen a cargo el diseño y mantenimiento de esta página, es precisamente, visitar a través de estos escritos, de estas vivencias virtuales que hoy nos ofrece la tecnología y mirar por esa ventana que ninguno de nosotros hemos querido cerrar, para re-encontrarnos con el pasado feliz que nos permitió el todopoderoso. En nuestra niñez y adolescencia y bien sabemos por las circunstancias de incursionar estudios superiores, nos fuimos mudando a grandes urbes de la tierra venezolana y también muchos salieron a recorrer mundos.
Nos invita al recuerdo, como un tema obligado, cuando sentados bajo una mata de mangos compartimos además de un truco o de un dominó, unas cervecitas, ya no tan ricas como ese ayer. Con las risas propias de quien saca a relucir ese hombre-niño que llevamos dentro y que sólo es posible cuando nos encontramos en Caripito. El haber nacido o en el mejor de los casos haber sido adoptado en la patria chica, ya es un aliciente para saber que estamos hablando en el mismo idioma universal de Puerto Caripito, incluidos sus caseríos, su poza de azufre y el balneario La Bomba.
A modo de comentario, recuerdo una vez en Berlín-Alemania, mientras esperaba el avión con destino a Caracas, Refrescándonos con unas ricas cervezas germánicas. Un grupo de personas latinas se iban acercando y por ende preguntando sobre sus viajes.
Yo venía desde Dinamarca. Y comenzaba por decir que iba al oriente venezolano.
Una de las presentes, dijo que también había nacido en oriente…
-¿Y de qué parte? – proseguía el interrogatorio
-De Monagas- respondí.
-Qué casualidad- decía -yo también.
-Pero yo vivo en un pueblito famoso repliqué.
-No creo – dijo ella. Más famoso que mi terruño. No hay uno en todo oriente.
-¿Será cierto?- me dije en silencio y con la duda.
La doña me dijo que vivía en un caserío muy humilde en las afueras de la ciudad.
Cristina Rausseo… se llamaba.
- No me diga Ud… que es familia de los Rausseo de Caripito- le dije.
-Si, respondió ella. Soy familia de Gilberto y de Asunción Rausseo .
Le comenté que conocía a todos los hijos de Gilberto, pero en forma especial había conocido a la señora Chón (Asunción Rausseo) a sus hijas y sus nietas caraqueñas, Rosa Elena, América, Judith… En sus paseos de verano a calle La Cruz # 26.
Dios te bendiga, hijo por querer tanto a mi pueblo, me dijo al despedirnos. No venía a Caracas. Viajaba a su nuevo hogar en Lugano, frontera suiza-itálica, donde vivía desde hace más de 25 años. Junto a Chuchú , Xiomara y Carolina, sus tres hijos.
En memoriam de Asunción Rausseo. Paz a sus restos.

Amasando arepas.

Como de costumbre, tus manos han comenzado la faena.
El Mercado Municipal de mi Puerto,
comienza a funcionar.Cinco y media de la mañana,
vegueros y comerciantes
visitantes locales y madrugadores cargadores,
se aprestan a sus labores de rutina.
Mientras tus manos amasan esa harina de maíz,
para preparar las primeras arepas del día.
Te observo, me tomo este café, como tantos, brindado.
Tantos años de conocerte, de saberte luchadora incansable,
has levantado tu imperio.
Hace rato ya que olvidaste un baile.
No solo te ha tocado trabajar,
también amar y enseñar a esos hijos que tanto te admiran...
Tu sonrisa encantadora, hace inmensa tu diminuta figura.
Las canas te han visitado paulatinamente, te lucen,
es el tiempo que no perdona.
Pero que alegría saberte realizada.
te pregunto por el menú del día, y me dices,
Chilito.Sancochos de pescado salado, y también de gallina criolla,
Bagre amarillo guisado. Chuletas de cochino frito.
Ocumo chino, Yuca asada, Aguacate y ensaladas mixta.
Tajadas de plátano frito y tus ricas arepas.
Jugos de Guayaba, Guanábana y Parchita,
Merengadas de lechosa y de melón,
y para completar un rico cafecito de la casa...
Hoy lejos de mi bien amado Puerto, te dejo estas líneas.
Con el tiempo y la distancia, solo he aprendido a admirarte.
Te dejo un beso, y también mi sonrisa. Dices que te encanta.

Adios Padre Juan

Una vez más, siguiendo la edición digital de El Oriental de Maturín, puedo enterarme de los acontecimientos de Monagas en general y de Puerto Caripito en particular. Falleció quien en vida se llamara Juan López Albanés. En esta Semana Santa, muy seguros estamos, será recordado por su trabajo tesonero en función de las actividades propias de estas celebraciones religiosas.
En tal sentido comentaré que el sacerdote don Juan López Albanés había nacido un 13 de septiembre de 1927 en Málaga-España. Fueron sus padres Don José López García y Doña María Albanés Alcalde, tenía un hermano gemelo llamado Antonio, y María su hermana, quien reside en la tierra malagueña.
Padre Juan falleció a los ochenta años, el día 6 de noviembre del 2007 en la ciudad de Maturín-Venezuela. Luego de un severo y fulminante cáncer de colon.
Para hacer un poco de historia diremos que en fecha 5 de diciembre de 1954 los primeros misioneros del clero malacitano venidos a Venezuela, fueron los sacerdotes José María Campos Giles y nuestro querido y recordado Padre Pérez –Rafael Pérez Madueño-, hoy sepultado en la Iglesia sagrado Corazón de Jesús en Caripito Arriba.
Pero en el siguiente año, el 3 de diciembre de 1955 son enviados Alfonso Rosales Trujillo y Juan López Albanés, éste último contaba en esa fecha con tan sólo 28 años.
Padre Juan se había ordenado de sacerdote en el Congreso Eucarístico de Barcelona en 1952. Tras el curso de la Residencia Sacerdotal, es nombrado párroco de Comares, donde permanece dos años trabajando con entusiasmo.Las estadísticas registran 37 sacerdotes venidos del mencionado Obispado malagueño a la patria venezolana entre los años 1954-1985. Comentarios que hace Padre Juan, cuando le encomendaron una gran misión, en su corta pero fructífera vida sacerdotal, la primera fuera de su España natal: “En el año 1955 el Cardenal Herrera Oria, que estaba enfermo en su pieza en el palacio episcopal de Málaga, me llamó para hablar conmigo. Me atendió acostado y me dijo que fuera a Madrid para hacer el curso de la OCSHA porque quería mandarme a Venezuela junto con Alfonso Rosales Trujillo, a la Diócesis de Cumaná, ya que Mons. Mata Cova le había pedido dos sacerdotes para que se hicieran cargo del Seminario de Cumaná. El diálogo fue muy curioso, porque el Cardenal me dijo:
-Juan, vas de rector al Seminario de Cumaná. Y yo le dije: -Eminencia, ¿dónde queda Cumaná? Y él me contestó: -En Venezuela.
Desde la época del Seminario me enseñaron a obedecer y accedí complacido.“
Los primeros tiempos en Cumaná no fueron fáciles, entre otras cosas porque tuvieron que edificar el seminario escolar, física y espiritualmente. Para mejor lograrlo Juan López Albanés tuvo que ponerse a estudiar y sacar el bachillerato y el magisterio venezolano. Lo hizo y fue el primer director del Liceo San José, nombre con el que inscribieron al Seminario en el Ministerio de Educación.El año 1957, en la apertura de curso del Seminario de Málaga, don Ángel Herrera habló de la gran labor que estaban realizando nuestros sacerdotes en Cumaná y comentó la carta que había recibido de don Juan López Albanés en la que, entre otras cosas, le hablaba de la visita realizada a dicho centro por el Nuncio de su Santidad en Venezuela y la magnífica impresión que le había producido.
Después de 10 años de trabajo al frente del Seminario el obispo de Cumaná quiere que Padre Juan sea el primer párroco de la recién creada parroquia del Sagrado Corazón con sede en la Catedral de Cumaná. Y Juan obedece.
En 1966, el nuevo obispo de la diócesis, D. Mariano José Parra León, nombra al padre Juan párroco de Santa Catalina y capellán militar de la Comandancia de Marina en la ciudad de Carúpano. El padre Juan obedece. Marcha a Carúpano y funda allí la “Escuela Santa Catalina”, para niños pobres.
En Carúpano celebra el padre Juan sus Bodas de Plata Sacerdotales. Y porque el pueblo venezolano es agradecido, el Concejo Municipal del Distrito Bermúdez le confiere la Orden José Francisco Bermúdez.
Poco después el padre Juan pasa a la Diócesis de Ciudad Bolívar donde es nombrado Rector del Seminario Arquídiocesano y Delegado de Vocaciones.
De Ciudad Bolívar, por ser capellán del Ejército, tiene que saltar a la Diócesis de Maturín y allí, durante trece años, es párroco de Caripito y capellán de la brigada de Cazadores con el grado de Teniente Coronel.El 24 de Mayo de 1986, Juan Pablo II le concede el título de Capellán de Honor de su Santidad.
El padre Juan debe dar todavía un nuevo salto, y de Caripito pasa a la capital, Maturín, donde se le nombra párroco de la Iglesia Santa Cruz -Plaza Piar de la Avenida Bolívar-. Allí crea un dispensario público en el que los médicos de la ciudad atienden gratuitamente a todos los pobres. En 1998 se le concede el título de Prelado de Honor y en el 2002 el de Protonotario de su Santidad.
También ofició misas en la Iglesia Juan Bautista del pudiente sector de La Floresta.
Cuando padre Juan cumple 50 años de sacerdocio, EL ORIENTAL publicó: “Monseñor López Albanés celebra bodas de oro sacerdotales, por ese motivo se le concederá la orden “Andrés Eloy Blanco” y la alcaldía le impondrá la orden “Ciudad de Maturín.”
Al día siguiente, en la parroquia del padre Juan y en presencia del arzobispo de Cumaná, del obispo emérito de Maturín Antonio José Ramírez Salaverría, de. Amalio Horrillo representando a la Diócesis de Málaga, del Presidente del Consejo Legislativo de Monagas, del alcalde de la ciudad y con un templo abarrotado de feligreses, se le impusieron dichas condecoraciones.
A Padre Juan se le había concedido la dignidad de Capellán de su Santidad, Prelado de Honor y Protonotario Apostólico. Y el Concejo Municipal de la ciudad de Caripito le había nombrado «Hijo Ilustre». Sumamente emocionado, dijo: “Me siento chiquitito por tantas atenciones, esto me motivará aún más a seguir llevando la paz a todos los hogares.”
El 28 de mayo, en la prensa local, Mons. Antonio José Ramírez Salaverría, obispo emérito de Maturín, publica un bello artículo que concluye con estas palabras: “Ad multos annos, padre Juan. Que el Señor, por quien tanto has trabajado en tus dos Andalucía, la virgencita del Valle y San José, te sigan bendiciendo. ¡No te canses de ser bueno! Afectísimo hermano en Cristo.”
En lo personal, también hay un sin número de ocasiones en que muy de cerca pude conocer a la noble persona que estaba detrás de una sotana, como miembro del Movimiento de Cursillistas de Cristiandad, realizamos junto a un nutrido grupo de monaguenses nuestro retiro espiritual en el Jardín de Oriente, Caripe. En todas estas actividades tuve a padre Juan, como mi guía espiritual. Es preciso recordar el inolvidable día de mis nupcias matrimoniales, los bautizos de mis hijas y de los casi ochenta ahijados en las diferentes parroquias de Puerto Caripito.
Hoy los restos de padre Juan han sido repatriados a su tierra natal, en la península ibérica, allá le han rendido un homenaje póstumo, tanto los miembros del Obispado, como sus deudos, doña María López Albanés, su hermana menor, de 73 años, sus sobrinos, y su entrañable sevillano el abogado Manuel Gómez Medina.
Desde Venezuela el párroco Ulloa Suárez fue designado por la Diócesis de Maturín para el respectivo traslado y luego de los actos de rigor, Monseñor Juan López Albanés descansa en su última morada en el Cementerio Municipal de su Málaga amada. En este trance supremo, no queda del hombre sino el recuerdo de sus buenas acciones y sólo un juez, Dios, ha de recibir en sus brazos misericordiosos y dará consuelo a quienes lloran esta partida obligada. Que todos encuentren tranquilidad en este momento de la despedida. Paz a sus restos.

PD. Datos tomados del Obispado de Málaga, Revista Sic, Prensa de Venezuela y España, Google y conversaciones telefónicas con su familia. Las fotos son cortesía de Francisco “Pancho” Ramos.

Adios Lenín Calixto


Cuando en una noche de sábado 08 de Noviembre estrechaste mi mano por última vez, me dijiste "Cuídate, te quiero"No entendí tu mensaje sincero y fraterno. Y hoy cuando el destino, ese que tantas veces combatimos, nos dice que ha llegado el turno de partir. No me queda sino el gratísimo recuerdo de haber compartido contigo hermano mío, tu sencillez, tu humildad, y ante todo, ese inmenso calor humano que escondías detrás de esa atlética y vigorosa figura de un hombre que no desmayaba en sus luchas, en sus sueños y en esas esperanzas grandes de ver crecer algún día la patria chica que te vio nacer, nuestro Puerto Caripito.
Hoy entre tus hermanos todos, los de sangre y los de corazón nos preguntamos si realmente partiste, y la respuesta es obvia. No. No mil veces, no. Continuarás aquí, en este lugar que te pertenece y que nadie por respeto y consideración ocupará, porque tu, hermano nuestro, amigo a tiempo completo, no podrás dejarnos solos jamás.
Haciendo un recuerdo de un pasaje masónico para rendir tributo al hermano que se va. Es oportuno recordar; Quién será aquel que viviendo no habrá de pasar por la guadaña de la muerte para llegar a la eternidad...? Buscamos fama... buscamos sabiduría... acumulamos riquezas... corremos tras las glorias con afanoso esfuerzo... Y de todo esto, qué nos llevamos a la huesa...?
Desnudos vinimos al mundo, desnudos saldremos de él. Sólo nuestras buenas acciones perdurarán despues del parentesis de nuestra vida. El señor todo lo da, el Señor todo lo quita, bendito sea el nombre del Señor.
Caminamos de designio en designio, de esperanza en esperanza. Trazamos planes en que habríamos de emplear largos años... y somos acometidos, cuando menos lo esperabamos, en hora tal vez en que nos creiamos en el medio día de nuestra existencia.
Qué son el esplendor del poder, el honor de la ciencia, el brillo de la virtud, el orgullo de la riqueza, los cantos de la hermosura, cuando se apagó la deuda que contrajimos con la naturaleza...?
Vuestros ojos, amigos todos, en la última lamentable escena y contemplad lo que es la vida... Todos los rangos se nivelan ante la muerte, todos somos iguales: el blanco y el negro, el alto y el humilde, el rico y el pobre, todas las distinciones desaparecen como el humo impelido por el viento. En este trance supremo, no queda del hombre sino el recuerdo de sus buenas acciones y sólo un Juez, nuestro Dios.
Enséñanos Dios nuestro, el camino de la virtud en todos los instantes de nuestra vida errante y danos fuerza para transitarlo con resignación.
Recibe a nuestro amigo y hermano Lenín Calixto en tus brazos misericordiosos y da consuelo a quienes le lloramos. Que todos nosotros encontremos tranquilidad en tu alabanza y consuelo en tu misericordia...
Lenín Calixto Martínez Marcano ( 14.10.1964 - 08.11.97 )